¿Qué efecto tiene la lluvia en los tomates?

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Los tomates son 95 por ciento de agua, y la mayoría de las variedades absorben las lluvias de verano para convertirse en una bomba y jugosa en la vid. El agua, junto con la luz solar y el suelo rico en nutrientes, es necesaria en todas las etapas del proceso de crecimiento. De lo contrario, los tomates no crecerán, florecerán ni producirán frutos. La forma en que se entrega el agua, ya sea a través de la lluvia o mediante un sistema controlado, puede afectar a los tomates de manera positiva, o también puede tener resultados devastadores.

La lluvia puede afectar el crecimiento y la salud de los tomates.

Agrietamiento y división

La piel frágil de un tomate puede comenzar fácilmente a partirse y agrietarse debido a inconsistencias en la humedad del suelo. Una vez que un tomate comienza a madurar, forma una piel protectora que lo ayuda durante la cosecha, pero si la lluvia es fuerte durante el tiempo de maduración y el tomate recibe demasiada agua, esa piel se agrietará y partirá. Colocar mantillo y establecer un horario de riego regular puede ayudar a evitar la división y el agrietamiento al mantener la humedad del suelo constante a pesar de la lluvia irregular.

Rotura del extremo de la flor

Una planta de tomate puede comenzar a pudrirse en sus flores, haciendo que el extremo de la fruta se vuelva marrón. Si la lluvia ha sido inconsistente, sus plantas de tomate no reciben suficiente nutrición, especialmente calcio, porque el suelo está seco y no puede entregar los nutrientes adecuados a la planta. Para remediar esto, asegúrese de colocar mantillo en su jardín para retener la humedad y no dependa solo de la lluvia para regar su jardín. Riegue su jardín diariamente para mantener el suelo constantemente húmedo. Si se ha partido o agrietado, retire los tomates malos y aplique un spray de cloruro de calcio al nuevo crecimiento.

Insectos

Una lluvia fuerte y fuerte puede ayudar a mantener sus plantas de tomate libres de ácaros, que son apenas visibles para el ojo humano, y los pulgones, que son pequeños insectos en forma de pera que les gusta pasar el rato en las hojas. La presión de una lluvia intensa puede mantener a raya a estos insectos al lavarlos, pero si no ha llovido mucho en mucho tiempo, es posible que se necesite agua jabonosa o un aerosol químico para controlar los insectos.

Añublo fúngico

El tizón fúngico puede devastar una planta de tomate, y las manchas aparecen primero en las hojas inferiores. El tizón fúngico rara vez ocurre durante los tiempos secos, pero una vez que llega la estación lluviosa y húmeda, el tizón fúngico puede destruir rápidamente una planta de tomate. Para controlar el tizón, se deben aplicar aerosoles de fungicidas antes de un evento de lluvia.

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